miércoles, 14 de marzo de 2012

El sueño de Boecio

por Agustín Marquez - El Faro Crítico


- Querida Filosofía, anoche vino a visitarme Morfeo, y me dejó una imagen que ha llegado incluso a perturbar mi espíritu estoico.

- ¿Y qué es eso que te aflige querido Boecio?

 -Soñé con un mundo totalmente global, esa forma de sociedad se extiende por todo el planeta, por el que conocemos y el que aún desconocemos, en la que unas personas sirven a otras en grandes superficies. Hay panaderos, carniceros, pescaderos, también gente que facilita ropa para que otros se vistan con telas estrambóticas y aparatos extra­ños con multitud de brillos y símbolos que desconozco.

 - ¿Y qué tiene eso de raro? Lo que me describes no deja de ser un mercado.

 -Sí, cierto es, pero las personas que atienden a los compradores son visibles a los ojos de estos, pero invisibles a su corazón. Los adquirentes los ven como meras herra­mientas, como simples objetos. Sabemos que nosotros vivimos en una sociedad que se derrumba, pero todavía, cada uno de nuestros semejantes nos son conocidos, el panade­ro es Marco, Antonio el carnicero, Teodosio el pescadero; pero en ese mundo, las perso­nas han perdido su identidad, es un mundo deshumanizado, ¿cómo van a poder ser di­chosas? Esa sociedad ha cosificado a los seres humanos, pero como estas piedras o es­tas rejas, las cosas no sienten, y por ello no consiguen ser felices.

 -Ciertamente es triste esto que comentas, pero como bien dices todas las socieda­des tienen sus partes negativas.

 -Razón llevas amada Filosofía, pero en realidad no es eso lo que más me preocupa, porque es verdad lo que comentas. De hecho, lo que más me inquieta es que muchas de las personas de ese mundo creen que esa sociedad es la peor que ha existido a lo largo de toda la humanidad.

 - ¿Y por qué crees que han llegado a esa conclusión?

 -En primer lugar porque esas gentes no se dan cuenta que la historia no solo la es­criben los triunfadores, sino que también la escribimos los que pertenecemos a gens im­portantes, de posición alta, sin problemas para la subsistencia; no la manuscriben los que cada día tienen que trabajar por vivir, los que necesitan conseguir el pan para su familia. No se dan cuenta que poco importan las vidas de los campesinos, sólo las de los gober­nantes, reyes, aristócratas. Además, en segundo término, porque nuestro cerebro tiende a olvidar los malos momentos, estoy seguro de que si sobrevivo, algún día mis mientes se­rán liberadas de los malos recuerdos de haber estado aquí encarcelado. Es un buena pro­tección, pero hace que pensemos que todo tiempo pasado fue mejor.

 -¿Y en realidad piensas que eso puede hacer que esas gentes reflexionen afirman­do que su sociedad es la peor que ha existido?

 -Sí, a veces olvidan que no se conoce la realidad de los campesinos de sociedades pasadas, únicamente se conoce ésta de una forma sesgada, se obtiene una imagen dis­torsionada del pasado.

 -Pero querido Boecio, ¿qué importa, por qué todo eso te produce este gran desaso­siego?

 -Porque hay personas que quieren cambiar ese mundo, tienen puesto el empeño en ello. La historia es una rueda, su sociedad no es tan distinta a la nuestra de hoy día, un mundo convulso por constantes guerras y altercados. No deben dejar su suerte a la diosa Tyche, ni sólo ver los aspectos negativos, si quieren cambiar el Mundo, deben subirse a la rueda, y de esa forma buscarte, buscarte a ti querida Filosofía, renovar tus ropajes, y así al contrario que yo, podrán escapar de esa cárcel.


6 comentarios:

Amanda dijo...

Hola,

Comienzo un diálogo que, espero sea fructífero.

La verdad es que no entiendo mucho este texto. Si obedeciera al espíritu estoico no podría decir nada otro que "hay que inmiscuirse en política a menos que algo te lo impida", lo que quiere decir algo parecido a: cada unx, en la medida que pueda, debe ser político y estar en la "stoa", en los pórticos de la ciudad intentando cambiar el mundo, sea la época que sea. Pues, si bien, todas adolecen de problemas, se puede alterar la proporción de la injusticia.

No creo que hay que olvidar que hay periodos "fríos" donde el tiempo transcurre en la vida, y periodos "calientes" que matan todo lo que hay. Estos últimos suelen llamarse guerras y crisis y, esta sociedad sólo se alimenta de ellas. No es que la crisis esté instalada ahora mismo, sino que es la consecuencia del desgaste de muchas guerras deslocalizadas en las que ha continuado la Segunda Guerra mundial hasta este momento. Y, subirse a la rueda de la Fortuna no sólo es dejarse llevar por ella, como dice Maquiavelo, también contamos con la Virtud y es entre las dos donde podemos hacer cambiar estas proporciones nefastas para nosotros y la tierra (la cual, pro primera vez, está en serio peligro...incluso la Fortuna está en serio peligro!!!)

Es verdad que Séneca a este argumento defiende el ocio...pero no es un ocio vacío de cine 3D, y Mcdonals...es un ocio político: ir más despacio, escribir, pensar.

Conclusiones ante este escrito:

- El estocismo no es apolítico.
- La Fortuna tampoco lo es. Es, a la contra y como la Tierra, nuestra condición, no para subiros a ella (cosa imposible), sino para actuar desde ella (y una crisis en el centro de la aldea global es buen momento).
- Ningún tiempo pasado fue peor o mejor, fue diferente. A cada momento sus luchas y no se puede establecer una homogeneidad temporal para comparar en el sentido cómodo. Lo único que nos puede ofrecer una comparativa es saber dónde estamos para tener herramientas de análisis y lucha y no jugar a imaginar otros mundos para evadirse de la vida misma.

Cada cual como pueda, desde el lugar que pueda, con sus condiciones y herramientas y hasta que muramos, lo mejor que podemos hacer es apostar por la vida, la vida buena...y esa no puede darse si no estamos todxs en ella: humanitxs, dioses, tierra, insectos, plantas y piedras.

Un besito y que Morfeo no nos haga confundir la filosofía con la imaginación.

Anónimo dijo...

Hola,

Totalmente de acuerdo en cuanto a no ser apolítico, de hecho, no creo que se pueda llegar a serlo, creo que ni tan siquiera sentirlo.

No se trata de ser apolítico, sino de hacer otra política. Si hacemos la misma política, y no escuchamos a nuestro pasado, cometeremos los mismos errores y acabaremos otra vez esclavizados por un gran Imperio, tal y como ocurrió en la época de Boecio. Si los escuchamos, nos daremos cuenta de que la historia, a pesar de que los tiempos no son los mismos, nos puede dar pistas, incluso esas herramientas que necesitamos. Por tanto, filosofemos y politicemos, pero de otra manera, de una manera nueva, porque sino corremos el riesgo de obtener los mismos resultado que la historia nos está mostrando y no seremos capaz de bajar de la rueda.

Lo que quería proponer con el texto, es que seamos ambiciosos, creamos en un cambio, pero si queremos este cambio, escuchemos, reflexionemos, debatamos, pero sobre todo, innovemos, no repitamos patrones pasados, porque los resultados de esos patrones, ya nos los muestra "grosso modo" nuestra historia. Como decía Einstein: "No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos."

Y no olvidemos tampoco, que quienes han cambiado el mundo, imaginaron algo mejor. Sin imaginación no hay sueños y sin sueños no hay futuro. El peligro no está en la imaginación, el peligro está en quedase en ella, quedarse atrapado en el país de Alicia.

Abrazos,
Agustín

Amanda dijo...

Hola Agustín,

Este matiz que introduces hace que el texto se lea de otra manera, mucho más lúcida y activa en todos los sentidos. Hubiera sido un colón perfecto para terminar la entrada del Blog y me alegra muchísimo que hayas puesto este comentario.

La verdad es que, ante lo que dices en tu comentario, no tengo nada que añadir o que quitar. Me parece estupendo, simplemente. Sólo decir que "olé" y que pensemos y cambiemos el planeamiento de los problemas hasta que demos con una clave interesante.

Gracias por el comentario y besos.

Amanda

Anónimo dijo...

Hola,

Al reves, gracias a ti y a todos por permitirme compartir con este grupo de personas, que es rico en lo que realmente importa serlo, en humanidad.

Abrazos,
Agustín

Anónimo dijo...

Hola a todxs:

Muy interesante el texto y el debate posterior. Tengo alguna pregunta para Agustín, si es tan amable. Es en lo referente a la "nueva forma de filosofía" que propone. A qué tipo de "novedad" te refieres? a un filosofar y ser político ingenuamente "ex novo" pero partiendo de lo ya vivido (la historia)? o quizá a un modo nuevo de filosofar partiendo de nuestra historia/tradición? Sería posible entonces hablar de "nueva filosofía" en alguno de estos términos?

Anónimo dijo...

Hola, buenas tardes,

A ver si sé más o menos exponer mi pequeña opinión.

La verdad es que hablar hoy en día de algo nuevo y original, es complicado, por eso hablaría más bien de renovación.

Creo que la Historia o Historias (Universal, filosofía, ciencia, etc.) nos puede servir como apoyo en esta renovación. Quizás se podría pensar como en su día lo hacía Da Vinci, no pre-suponía nada, cuando le proponían una necesidad, se preguntaba todo sin "a prioris" para buscar las soluciones.

Ahora bien, la Historia también es subjetiva, depende de quién la haya escrito.

Por lo tanto, creo que podemos contar con tres cosas que nos pueden servir de ayuda: no contar con ideas "a prioris" como origen, la Historia como guía o apoyo, y el kairos para ejecutar.

No sé si esta podría ser la renovación o lo nuevo, que encajaría con la frase comentada e Einstein, pero bueno, como os comentaba es sólo una pequeña opinión.

Por supuesto, mientras tanto podemos seguir buscando soluciones todos juntos.

Abrazos,
Agustín