jueves, 13 de noviembre de 2014

Capítulo décimo-noveno de una serie de relatos autónomos y articulables entre sí

por Jose Luis Díaz Arroyo - El Faro Crítico

- El momento presente es único e irrepetible.
- Claro, faltaría más. Y únicamente el pétalo de una flor de plástico podría entonar largamente ese presente.
- Mira la flor. La flor no sonríe, es sonrisa.
- No te importa que haga sonidos mántricos mientras hablas, ¿verdad?...
- ...
- No, ya no tengo ojos y mi cuerpo no percibe lunas crecientes, únicamente que nos miran.
- Te refieres a los guardias... no te vigilan, guardan y permiten tu descanso.
- Sí, dentro de poco moriré en sus manos.
- Respira. Con eso basta para no marearse, no agobiarse.
- ¿La maravillosa sensación posterior al vómito? En ella también uno respira. Respiraré y respiraré hasta provocarme un vómito y entonces seguiré respirando...
- Y si te cansas de respirar, prolonga el descanso cambiando de orificio, frecuencia, intensidad, profundidad...
- Como pared afirmo que el marco de posibilidad que ofrecen estas cinco paredes es muy amplio para cualquier cambio.
- No, no les dejes de lado. Tampoco te dobles tú. Un secreto a voces, necesita voceros. Podrían ser ellos, los guardias.
- No sé... raramente hay secretos a voces, a pesar de que el secreto siempre es secreto de Estado. Secreto de muerte.
- ¿Es tu caso?, ¿guardas algún secreto?, pensé que te habían acusado por tocar el saxofón en público. Recuerda que soy tu confesor y esta es tu última hora, tal vez tus últimos minutos...
- Así fue. Mi caso no es ningún secreto, si casi no bebo agua de la lluvia ni enciendo piras en el hogar... si no sé respirar sin pulmones y cuando lo hago con ellos se llenan más de humo que de aliento... si sólo escogo caminos, aún con paciencia, que no levanten barro en fin de semana, ¿qué llamada me merece?, ¿tal vez una secreta que me recorriera a solas?
- Desde luego una que acudiera en tu auxilio, no que te condenase.
- Dudo... en ambos casos sería como decir que los secretos guardados son productivos.
- Y no lo son, quieres decir...
- Eso pende no tanto de lo producido, los auxilios de mis cosas o yo mismo como auxiliado por el secreto, como de la producción...
- ¿Te refieres al modo de producción?
- Bueno, más bien a que un secreto...
- Sí, un secreto...
- ...enriquece pero no produce riqueza, es raramente provechoso pero nunca aprovechable. No puede exacerbar lo que hay no porque no tenga capacidad sino porque su potencia no puede ser guardada en lugar oculto.
- Y luego soy yo el de los mantras...¿estás seguro de lo que dices?, un secreto no puede ser guardado... pero los secretos de Estado... ¿no son guardados, de hecho los más guardados?
- Los más, tanto, que dan resguardo a Estado. Un Estado entero pende siempre de un secreto de Estado... el Estado son sus beneficiarios. Pero beneficiarios... el Estado no puede se propietario de ellos, de los secretos, más bien, el secreto... bueno, los secretos, se apropian de los miembros del Estado.
- No sé si te entiendo bien...
- Somos un secreto, y ójala el secreto mejor guardado. Cuando hace frío mi piel se pliega y arruga y a nadie le extrañará encontrar una causa de ello, el frío, que me atenace en algunas estaciones. Ahí no hay secreto.
- Ya... está claro que no entiendes un secreto como un enunciado informativo de un cierto estado de cosas pasado, presente o futuro, conocido por unos sí y otros no, que únicamente en el hurto de su publicación común puede mantenerse como secreto... claro, no todos los secretos son privados...
- Lo propio del secreto no gira en torno a la diferenciación privado/público. Ningún secreto lo es, privado me refiero, es lo que pretendía decir... pero tampoco es algo publicable... todo secreto ha de ser común por ser profundamente e íntimamente no-de-cada-uno. Lo mejor y más valioso que somos... eso que nos alza y permite mover de dentro hacia dentro porque siempre nos constituyó un afuera.
- Claro, hay secretos públicos conocidos por muchos que saben mutuamente que lo conocen, pero sin utilizar ese secreto como elemento inmediato fijador de sentido y acción... son secretos públicos que siguen operando como secretos, porque la información que supone el secreto mueve desde la sombra a la acción sin mostrarse...
- No me lo parece, de nuevo ese no sería el tipo de secreto al que me refiero. No sería secreto de Estado, ni de muerte. Ahí no habría secreto por el manejo visible del secreto y no al contrario. Que no se ejecute explícitamente en el lenguaje, aunque se sepa, salvando distancias, alguna cuestión particular pero que sin embargo se siga operando de acuerdo a esa cuestión no es más que poner un termómetro a diferentes personas desde un medidor neutro que tomaría distintas medidas de temperatura, eso sí guardando el anonimato de cada uno de los medidos, para al final hacer una reglación global que me permitiera escoger un fármaco para tratarles. El fármaco será siempre el idéntico para cada caso y de hecho ninguno de ellos tendrá por qué haber afirmado en público ni tan siquiera qué o cuál era su enfermedad, a lo sumo, y como aceptación del secretismo de sus síntomas, en pequeños círculos de confianza. El auténtico síntoma de este secreto tan feo, tan enfermo, sería la desconfianza. Pero lo mismo pasaría con la confianza. Mientras tanto esos no-tan-secretos seguirán arando la tierra con autocad, curándonos con la recomendación de que miremos desde el hogar al cielo estrellado y cincelando vidas.
- No entiendo bien, porque si la división privado/público no te satisface y sin embargo es cuestión de transparencia y personalización entonces...
- No, no y no. Es cuestión de desgarro. De desgarro del Estado que nos constituye, de ruptura de una voz y un enfoque. Sí, tenías razón... hay secretos a voces... cada miembro del Estado tiene un secreto, el secreto más profundo posible, aquello que constituye a cada uno como miembro de la colectividad que llamamos Estado. Si no tengo un secreto esencial, totalmente mío, no puedo formar Estado... por ello esos secretos van a la contra, son siempre paracaídas, resistencias multidireccionales... y los paracaídas ocupan espacios, se despliegan en exterioridades que se muestran, que, incluso, necesitan siempre del aire de los de alrededor para actuar de freno-resistencia. Necesitan la boca de los otros. La misma boca-pulmón que calla el esencial secreto de cada uno es la que sopla e hincha la resistencia de los de alrededor, la misma boca que habla...
- ... e incluso respira sin parar y sonríe indiscriminadamente... ya... quieres decir que un secreto no es de uno, ni de unos pocos, ni de unos muchos, pero que aún así actúa y percute siempre sobre uno, unos pocos o unos muchos...
- Bueno...
- ... soy tu confesor... deberías ser más claro, rozas continuamente la contradicción con tus metáforas...
- En absoluto, ni metáforas, ni contradicciones ni mierdas...
- Mierda...
- Mierdas, siempre mierdas... no, gritemos juntos, pero no mezclados de cualquier manera. Primero te soplaré para que tu secreto se airee... pero eso supondrá ya una inspiración, y una en la que el inspirar sea unísono por el aire común que nos reúne, una inspiración que sea un grito profundo y no partido de tal modo que cuando expiremos simplemente se escuche el secreto a voces, secreto de Estado.
- ...
- ...
- ¿Qué haces?
- ...
- ...
- Te soplo.
- Únicamente mueves la boca, puedo ver la mueca que traza y esa figura parece ser la de unos labios proyectando aire al exterior pero no me llega el aire, es imperceptible... ¿entonces no hay secreto a voces?
- No es impercetible, por eso un cuenco esférico de base plana no puede casar con una mesa paralela al suelo.
- ¿Cómo? Bueno, si la mesa es realmente plana y paralela al suelo y el suelo no tiene inclinación, si es también plano, entonces habrá ajuste...
- No, no. No habrá casamiento, habría una correspondencia intereferencial entre dos cosas cualesquiera punto a punto... pero por ello interreferencialmente asumido desde únicamente un sistema de referencia plástico, inerte, atrevido, osado, dado. Punto a punto. Así no hay casamiento, ¿dónde están las nupcias?, ¿y el cortejo?, ¿y la pedida de mano, la petición de entrega mutua de algo tan poco productivo como una mano separada de un cuerpo...?
- ...
- Los labios formantes de una boca nunca están sellados. En ocasiones guardan silencio, honran al secreto a través del sello de su juntura y, por supuesto, pueden tomar diferentes formas... la mueca, el gesto, nunca definitivos... sin que eso obste para que sus voces secretas, desde la linde que compone la mueca, empuje el secreto de otros.
- Creo que me he perdido... yo tampoco me termino de acostumbrar a que nos miren... sigo sin entender que si el secreto es lo más constitutivo de cada uno y previo a toda lingüisticidad, ¿cómo se llegaría al secreto?, y tampoco entiendo el salto de ese secreto tan íntimo de cada muchos a la constitución de un Estado o una comunidad política, ¿habría un pacto secreto en pos del secreto entre los miembros del Estado?
- Olvídate de las miradas, es normal. La primera vez también me pasó. Si bajamos un poco la voz mirarán menos y te será más fácil obviar que están ahí; que tampoco te preocupe el tiempo, nos sobra... A lo que me refería es que habrá deslizamiento o no, aumentará la fuerza que contrareste el coecifiente de rozamiento del cuenco con la mesa o no, pero no habrá ajuste entre ambos. Nunca o si lo hay, será forzado por el aniquilamiento de variables ausentes y vivas.
- Entonces es un asunto de rigidez, de muerte o de vida...
- Es asunto de que un pacto, si es secreto, ha de estar siempre sujeto al secreto mismo, a que haya secreto y cuidado del secreto. El pacto, por decirlo así, es posterior causalmente, y el pacto secreto... el pacto secreto no sería más que eso que comparten los que tienen un secreto, ese pulso y orientación entre y con las cosas que permita que se constituyan como miembros de una sociedad para nada secreta, de un Estado. Si no se respeta esto no hay Estado legítimo. Habrá mero flirteo, seducción o imposición... labios juguetones... ¿que cómo se llega a tener un secreto? Cultivándolo, soplando a voces el secreto de otros y guardando silencio sobre los nuestros para que otros los puedan airear ...
- No estoy seguro de que sea sólo eso. Es cierto que cualquier ajuste rígido entre ambos, entre labio/labio o mesa plana/cuenco esférico implicará referir en exceso y únicamente a elementos propios del sistema de referencia imperante. Por eso no hay simetría rígida entre ambos, y si la hubiese, sería la simetría del sistema, la que habría de igual modo sin el cuenco y la mesa, o con cualquiera otros dos elementos o incluso sin ninguno de ellos, sólo con un observador-sistema de referencia y el espacio objetual ilimitado...  por eso creo que es un asunto de medios.
- Claro, porque si no es lo mismo la inclinación de la mesa, el radio del cuenco esférico, los materiales que componen ambos, tampoco es lo mismo que cuenco y mesa estén en el aire, en el agua, o en el fuego.
- ¿Y te parece que en ningún caso hay ajuste?
- Digo que cierto modo de ajuste es siempre secundario, y otro, el ajuste o relación entre secreto propio/boca/secreto ajeno es primero porque justamente el medio, la boca, es la misma para todos. La boca y el medio aire. Ambos son primeros y en este sentido no se diferencian pues sólo mediante el cuidado atmosférico del aire común mi boca-pulmón puede inspirar y expirar el secreto a voces. Lo común que tiene eso tan íntimo para cada uno es la usabilidad de la boca que permite el secreto y la organización política... estamos abocados a ello... y como es tan evidente que no todo uso es igualmente legítimo, no queda otra que airear los secretos, provocar la apertura de la boca sin mueca, como toma de postura vinculante, pues la mueca, de venir, será posterior, para que los secretos sigan siendo tales y cada vez a voces... secretos... a voces y que se enteren los que no tienen secretos, los que se hurtan a sí mismos con otros... es cuestión de Estado, debe seguir habiendo secretos, habría que gritarlo...
- Hablas y hablas mucho. Eso no me cuadra con que tú tocaras el saxofón a escondidas antes de que te capturasen...
- Lo hacía ante todo porque me chiflaba... y por eso no podía estar solo... uno nunca grita a solas, aunque el secreto parezca un esputo... por eso me capturaron y encarcelaron, escapé y ahora...
- ... y ahora hay ruido fuera, parece que los guardias se mueven, tal vez vengan ya a por tí, ¿esto es lo que deseas a la ciudadanía, a tus amigos y familia...
- Todavía no hay nada cerrado. Tal vez, de nuevo, sea ya la hora...
- Fíjate, si no hubiéramos levantado tanto la voz habríamos tenido más tiempo... sí, tal vez sin tanto grito hubieses podido cambiar realmente algo...
- Realmente algo... ay, mira, tengo la piel de gallina, y no es por el frío ni los guardias... es lo de siempre, del grito no se atiende la inspiración común, sólo la expiración del secreto a voces... así no hay secreto... únicamente ruido y mierdas.
- Bueno, ¡ya está bien! antes de que te lleven a tu módulo de inmovilidad perpetua te daré la bendición del Planísimo... que el Señor Algo te bendiga...
- No me parece buen modo de continuar esta conversación...
- In posse...
- De verdad, si no es necesario...
- Ab esse ad posse...
- ...
- … unde per ipsum esse subsistens...
- ...
- bonum commune praeminent bono singulari unius personae...
- …
-  et ultima hominis felicita est in contemplatione similitudines...
- …
- tamtum ergo ubi caritas ibi oculus...
- …
- … ¿qué ocurre?

- Disculpe hermano, pero el preso ha sido requerido y debe acudir de inmediato al palacio de la corporación de gobierno.


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