“No os pido que lo combatáis,
que lo hagáis tambalear,
tan sólo que no lo sostengáis”
(La Boétie )
A nadie le
gusta que le llamen siervo,
Pero hay
una notable exageración cuando dicen además que es culpa nuestra.
Cuando
dicen que si hay una dominación es porque de alguna forma la permiten los
dominados es como para aullar.
Y eso que
hoy contamos con el “inconsciente”, recientemente descubierto,
Que nos
explica que lo hacemos sin querer,
que de
aquellos terrores, estas servidumbres.
Hay
justificaciones de lo más variopintas:
Que no son
tan malos los tiranos, y más vale lo malo conocido; que firmamos un contrato
social, y la libertad consiste en obedecerles; que les debemos el favor, porque
no sabríamos qué hacer con nuestra libertad…
Abro un
libro sobre las “políticas de la amistad” entre La Boétie y Montaigne, y la
primera en la frente: “el hombre es un lobo para el hombre”. Luego el muy
cabrón sigue citando a Carl Schmitt: “para hacer amigos hay que fijarse un
enemigo”...
La amistad
empieza a ser tan infrecuente que la experimentamos como “horror vacui”.
Tampoco está normalizada. Ya empiezan a decir que no existe…
Si la gente
de derechas está dispuesta a servir a los lobos,
-acaso nuestro
colaboracionismo no sea tan inconsciente-.
Será que
está “acongojada”.
Piensan
sensatamente que no puede vencer al terror,
Pero creen
que pueden disimularlo.
A eso le
llaman “normalidad”.
Y bien,
tienen derecho a su miedo, pero no a esparcirlo por ahí de malos modos.
Se entiende
que, acostumbrados a que todos les mientan, se acuse luego al mensajero.
Nos han
declarado enemigos,
Porque
bromeamos sobre su patria.
Y porque
piensan que mientras nosotros caigamos, ellos estarán a salvo.
Ya han
perdido.
Hemos
perdido cuando mantenemos en la ignorancia a nuestros hijos.
Como si no
se dieran cuenta,
Hasta que
aprenden a no darse cuenta.
Perdemos,
por ejemplo, cuando apelamos a la “soberanía del pueblo” para negar su voz.
Perdemos
muchas veces.
Nunca perdemos
lo bastante.
No paramos
de perder.
Somos unos
perdedores,
Menos mal.
fvi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario